domingo, 21 de mayo de 2017

Karl Marx y las clases



Karl Marx, desde su visión del materialismo histórico, ha definido a las clases en términos estrictamente económicos, y para ser aún más específicos, las definió en términos de propietarios y no propietarios de los medios de producción.

Hay determinados sujetos que son dueños de los medios de los cuales se producen todo aquello necesario para poder vivir. El carácter de propiedad privada le da la pertenencia sobre esos medios, bienes o mercancías. Son los dueños de lo que se produce. En términos del materialismo histórico van a constituir: la clase dominante.

El sistema de clases se va a constituir a lo que es la propiedad de los medios de producción. Los propietarios de los medios de producción constituyen la clase dominante. Y los que no tienen ninguna propiedad más que su fuerza de trabajo, van a ser: la clase dominada.

Hoy las clases sociales dentro del esquema marxista son: los burgueses capitalistas, y los trabajadores industriales. Dichas clases se originan, o mejor dicho aparecen en el capitalismo industrial, puesto que dicho modo de producción tiene como fundamento el que los individuos sean propietarios libres. No obstante, dichos propietarios no poseen lo mismo sino que poseen lo que el otro necesita. El capitalista es el poseedor de los medios de producción, y el trabajador es el poseedor de su fuerza de trabajo. En ese intercambio entre ambos agentes es que toma lugar la explotación capitalista, es decir, la explotación del trabajo vivo por medio del trabajo muerto.

Dicho intercambio es lo que genera la desigualdad entre ambas clases sociales, puesto que el capitalista al ser propietario de los instrumentos de producción tiene como meta la acumulación de capital para reinvertirlo y acumular infinitamente más capital. Es decir, el burgués capitalista por medio del ciclo en que se compra con dinero D una mercancía M para así venderla por más dinero D’ (D-M-D’), el dinero que le queda de excedente o plusvalía lo invierte para el acrecentamiento del capital fijo (tecnología) en desmedro del capital variable (fuerza de trabajo).

La clase burguesa o capitalista, entonces, no sólo sería la propietaria de los medios de producción, sino que también —en consecuencia de lo anterior— podría establecerse que es aquella que tiene tal capacidad de acumular capital (dinero y tecnología) que puede adquirir mucha mayor cantidad de valores que la clase trabajadora. La clase obrera entonces, no solamente es la no-propietaria de los medios de producción y propietaria de su fuerza de trabajo, sino que por consiguiente y al participar en la producción como mero asalariado, sólo puede conseguir una limitada porción de los valores de uso puesto que esa clase no acumula capital, y si acumula es solamente ahorro de capital-dinero pero una cantidad muy inferior en comparación a lo que acumula el burgués capitalista.

Cada modo de producción a lo largo de la historia de la humanidad, cada forma de sociedad, cada manera en que los hombres producen su vida, van a tener estas dos clases centrales que representan la idea de propietarios y no propietarios. Las clases dinamizan, movilizan el orden social. Se parte desde un punto de vista económico (la propiedad privada de los medios de producción) pero la clase que domina en términos económicos también tiene que dominar en términos políticos, porque tiene que hacer que el dominado acepte esa dominación, que dé consenso al dominante.

Esto se logra si la clase dominante logra hacer que sus intereses sean aceptados como los intereses del conjunto, de todos.

La clase dominante para legitimar su dominación: hace que el dominado acepte la dominación del otro. ¿Cómo? Aceptando que las ideas del dominante son las ideas de todos, del común, son las ideas propias. Para la teoría materialista: un obrero, un desocupado y un gerente de una empresa, los tres pertenecen a la clase dominada, los tres son explotados, los tres adoptan ideas de otros como propias.

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