lunes, 6 de noviembre de 2017

Trabajo práctico

Trabajo práctico
Elaborar una investigación sociológica ficticia desarrollando con sus propias palabras los conceptos de: hipótesis, unidad de análisis, universo de investigación, muestra, variable dependiente e independiente, categorías, operacionalización, dimensiones, instrumentos de recolección de datos, método cuantitativo/cualitativo (según se elija).
Se propone la siguiente secuencia:
➔ Selección del tema a investigar y planteamiento del problema.
➔ Formulación de hipótesis.
➔ Elección de los instrumentos de recolección de datos y selección de la muestra.
➔ Análisis de los datos.
3 a 5 carillas A4. Márgenes predeterminados. Arial o Times New Roman 12. Interlineado sencillo.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Metodología de las Ciencias Sociales

Metodología de las Ciencias Sociales

Actividad de Introducción 
De manera individual reflexiona y responde las siguientes preguntas: 
1. Desde tu punto de vista, ¿cuál consideras la finalidad primordial de una investigación científica?
2. ¿Qué problemas de la sociedad te gustarían resolver? 
3. ¿Cómo aplicarías la ciencia a los problemas sociales? 
4. ¿Qué problemas sociales percibes en la ciudad donde vivís o escuela que impliquen la necesidad de efectuar una investigación? 


La investigación en Sociología 

Con toda seguridad has observado, leído o escuchado acerca de fenómenos sociales como: 
• Violencia. 
• Actos de corrupción. 
• Drogadicción. 
• Relaciones familiares conflictivas. 
• Inseguridad. 
• Desempleo.
• Embarazo adolescente. 

Te has preguntado objetivamente: ¿cuáles son las causas de estas situaciones?, ¿cuáles son las posibles soluciones para resolver estas problemáticas? Sin lugar a dudas son fenómenos que requieren un punto de vista objetivo. 

Las problemáticas antes mencionadas se muestran como simples hechos a la vista de la sociedad y no como una preocupación colectiva que se plantee interrogantes sobre la causalidad y alternativas para contrarrestar la indiferente tendencia del mundo actual. Pero para poder entender la causa y consecuencias de estos fenómenos, es necesario recurrir a la ciencia.

La actividad práctica de un sociólogo consiste precisamente en recurrir a la ciencia sobre todos los hechos sociales que influyen y problematizan en el desarrollo de la sociedad, con la finalidad de buscar la mejoría de la sociedad. En la medida en que una sociedad se preocupe por atender sus problemáticas a través de su estudio y de orientar el impulso de políticas sociales que alienten a la solución de los mismos,  crecerá el ámbito profesional del sociólogo, con utilización de herramientas que provee la ciencia misma. 

Es por ello que la sociología, en tanto ciencia, requiere con mucha frecuencia el desarrollo de la investigación. 


El método científico en las ciencias sociales

La  intuición e imaginación que todo científico pone a disposición de su trabajo en el proceso de investigación social debe complementarse y guiarse por medio de un riguroso proceso de análisis, de organización del material disponible, de ordenamiento y de crítica a las ideas. Es este  trabajo el que diferencia a la investigación científica de las simples opiniones, las que son solo expresiones que cualquier personas puede emitir sobre un tema determinado.

Lo que distingue a la investigación científica de otras formas de indagación acerca de nuestro mundo es que está guiada por el denominado método científico. Hay un modo de hacer las cosas, de plantearse las preguntas y de formular las respuestas que es característico de las ciencias, que permite al investigador desarrollar su trabajo con orden y racionalidad. 

El vocablo “método” etimológicamente significa: procedimientos, pasos, persecución. Es una palabra proveniente del griego, donde “odos” es camino y “meta” significa más allá, fín. El método científico es el procedimiento o conjunto de procedimientos que se utilizan para obtener conocimientos científicos, es el modelo o pauta general que orienta la investigación. Pero el método no es un camino fijo, predeterminado y menos aún recetario de acciones que se siguen como una rutina. El conocimiento científico se adquiere gracias a la libertad de pensamiento, mediante la crítica, el análisis riguroso, la superación de los errores y la discusión.

El método, por lo tanto, no es único. La elección de la metodología más adecuada para una investigación social dependerá de múltiples factores, entre los cuales podemos destacar: el tema seleccionado, el problema a investigar, el tiempo y los recursos económicos con los que se cuenta y el marco teórico del cual parte el investigador.


Etapas de la investigación sociológica

Para lograr un conocimiento científico todo investigador debe seguir determinados procedimientos, un método, que le permita alcanzar el fin que procura. Pero este método no es de ninguna manera rígido ni mucho menos único, sino que el investigador debe elegir aquel conjunto de procedimientos que mejor le sirva a su investigación.

Durante este proceso, el investigador tiene la posibilidad de ir y venir de una etapa a otra. De una etapa de nivel teórico a  una de nivel empírico, o de lo abstracto a lo concreto, tratando de lograr una superación constante de los planteamientos, hasta llegar a formulaciones más elaboradas y precisas. 

Sin embargo, existen restricciones necesarias que impone la metodología científica con el objeto de que los resultados de  la investigación puedan considerarse de utilidad para la teoría y la práctica científica.

Existe una lógica que todo investigador debe respetar en la concatenación de las etapas del proceso de investigación. Estas etapas pueden presentarse de la siguiente manera:

Selección del tema a investigar
Planteamiento del problema
Estructuración del marco teórico y conceptual
Formulación de hipótesis
Elección de los instrumentos de recolección de datos y selección de la muestra (trabajo de campo)
Resumen y análisis de los datos.


Selección del tema a investigar

La selección del tema a investigar es el primer punto que se debe considerar para comenzar el trabajo y es de fundamental importancia.

El tema de estudio debe reunir, hasta  donde sea posible, algunas de las siguientes características:
Debe tener una verdadera y amplia proyección social y la posibilidad de reflejarse en la transformación de la sociedad. Debe estar orientado para que sus resultados sirvan en el diseño de estrategias para la solución o mejoramiento de la situación en que se encuentra la sociedad o los grupos sociales. 
Debe ser novedoso, es decir, que tenga matices de singularidad y sea interesante para poder ofrecer ideas, hipótesis o lineamientos de futuros estudios. 
Debe prever la organización y sistematización de hechos con el propósito de lograr la validez de las predicciones que conduzcan al desarrollo de nuevas teorías. 

Ejemplo: Describir los usos que de la televisión hace el niño y las gratificaciones que obtiene al ver programas de televisión.


Planteamiento del problema

Plantear un problema significa reducirlo a sus aspectos y relaciones fundamentales a fin de poder iniciar su estudio intensivo. En la práctica, en un primer momento, el investigador plantea el problema en término generales, poco precisos. A medida que va avanzando en el proceso investigativo, consulta datos empíricos y revisa ciertos conceptos teóricos sobre el tema para poder plantear el problema en forma más precisa y clara.

Los investigadores sociales tienen en cuenta tres criterios básicos para el planteamiento de buenos problemas de investigación:
El problema debe expresar una relación entre dos o más variables.
El problema debe formularse claramente y sin ambigüedades.
El problema y su formulación deben ser planteados de manera que permitan la posibilidad de comprobarse empíricamente.

En general el investigador tiene en cuenta ciertos pasos para plantear correctamente un problema:
1-  Señalar los límites teóricos del problema: en este momento el investigador analiza diversos conceptos que se consideran de importancia para el tema elegido y separa otros menos relevantes, precisando los factores o características del problema que le interesa investigar.


2- Fija los límites temporo- espaciales de la investigación, es decir, señala el período de tiempo en el cual se va a realizar, y define meticulosamente el área geográfica (región, zona, territorio) que comprenderá dicha investigación. 
3- Define claramente las unidades de análisis o unidades de observación: el investigador debe detallar las características fundamentales que debe reunir cada elemento (personas, viviendas, etc) para que pueda ser considerado parte de la población objeto de estudio.
4- Sitúa el problema social en el contexto socio- económico, político e histórico respectivamente. 

Ejemplo: 
- Describir el uso que los niños de la Ciudad de México hacen de los medios de comunicación colectiva.
- Indagar el tiempo que los niños de la Ciudad de México dedican a ver televisión.
- Describir cuáles son los programas preferidos de los niños de la Ciudad de México.
- Conocer el tipo de control en el caso de la Ciudad de México que ejercen los padres sobre la actividad de ver televisión de sus hijos.
- Analizar qué tipos de niños ven más la televisión.

Estructuración del marco teórico y conceptual

El investigador que se plantea un tema no lo hace en el vacío, como si no tuviese la mínima idea acerca del mismo, sino que siempre parte de algunos referentes teóricos y conceptuales, aunque éstos no tengan aún un carácter preciso y sistemático. A medida que se avanza en el proceso investigativo, que se interiorizan características del problema y se lo va conociendo mejor, es que se elaboran con más rigurosidad los conceptos existentes. El marco teórico, tiene precisamente este propósito: dar a la investigación un sistema coordinado y coherente de conceptos y proposiciones que permitan abordar el problema de estudio. Este conjunto de conceptos y proposiciones permitirá, al mismo tiempo, que el investigador sostenga, argumente y dé fuerza a su hipótesis. 

El objetivo que debe cumplir todo marco teórico es, entonces, el de situar nuestro problema dentro de un conjunto de conocimientos que permitan orientar nuestra búsqueda y nos ofrezcan una conceptualización adecuada de los términos que utilizamos.


Formulación de hipótesis

Las hipótesis son el instrumento que utiliza el investigador para establecer un enlace entre la teoría de la cual parte la investigación y la indagación empírica que confirmará, reformulará o anulará  los sistemas teóricos. 

La  hipótesis nos indican lo que estamos buscando o tratando de probar y pueden definirse como explicaciones tentativas del fenómeno investigado formuladas a manera de proposiciones (afirma algo). La hipótesis  no necesariamente son verdaderas, el investigador no puede asegurar que vaya a comprobarse. Las hipótesis buscan establecer relaciones significativas entre fenómenos o  variables, apoyándose en el conjunto de conocimientos organizados y sistematizados.

Características de las hipótesis: 
- Debe referirse a una situación social real,
- La relación entre variables propuestas por una hipótesis debe ser clara y verosímil 
Funciones de la hipótesis: 
- Son guías de investigación. Proporcionan orden y lógica al estudio.
- Tienen una función descriptiva y explicativa, según sea el caso.
- Probar teorías
- Sugiere teorías.


Actividad 1

Responder  las siguientes preguntas en base a la lectura de la introducción y las conclusiones de la  investigación: “Puertas adentro: la inmigración discriminada, ayer y hoy”, Néstor Cohen. Instituto Germani. Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2004.

1. ¿Cuál es el tema de que dio origen al proyecto de investigación?
2. Establecer los problemas de la investigación:
a. establecer los objetivos
b. ¿Cuáles son los interrogantes que dieron origen a la investigación?
3. ¿Cuáles son los principales conceptos utilizados por los autores en esta investigación?
4. ¿Cuáles son las hipótesis del trabajo?

Introducción 
Los artículos que dan forma a esta publicación cristalizan el análisis de algunas de las cuestiones tratadas por los autores en la investigación “Representaciones sociales discriminatorias hacia migrantes coreanos y paraguayos”, dirigida por Néstor Cohen y realizada en el marco de los proyectos trienales, programación científica 1998-2000, de la Universidad de Buenos Aires.

La investigación se orientó a partir de una hipótesis general que considera que las representaciones discriminatorias respecto de los extranjeros son encubridoras de la desigualdad social y económica o son funcionales a los conflictos de intereses al interior de las clases – es decir, están al servicio de las diferentes estrategias de supervivencia, principalmente en los sectores populares- o son instrumentales a los sectores del poder cuando el conflicto es entre clases. En otras palabras, estas representaciones pretenden desviar el conflicto desde el escenario de las desigualdades sociales y económicas, hacia el escenario de las diferencias nacionales y étnicas. Es por ello que se eligieron las migraciones coreana y paraguaya, dos comunidades con vínculos históricos y culturales con la población nativa muy diferentes, dos comunidades con una presencia cuantitativa y una participación en el sistema productivo cualitativamente distinta. Se intentó probar, entonces, que esto que llamamos desviación del conflicto es independiente de las características sociales, culturales y económicas de los migrantes externos.

(...) Se partió de las siguientes hipótesis generales:
“Las representaciones sociales discriminatorias respecto de los extranjeros tienden a construirse y desarrollarse entre los nativos que ven reducida o suprimida su participación en el sistema productivo, con más frecuencia que entre aquellos que no perciben su participación en riesgo, independientemente de la magnitud de la comunidad de extranjeros presentes en el sistema y de la existencia o no de vínculos concretos entre unos y otros”.
“Las representaciones sociales discriminatorias, portadoras de estigmas que señalan a los extranjeros como desviados de lo socialmente esperado, resultan de la necesidad de los nativos de ejercer el control social sobre aquellos para limitarlos en el ejercicio de su participación en el sistema productivo”. 

A partir de las hipótesis se plantearon los siguientes objetivos: 
* Identificar los contenidos estigmatizantes comunes y/o diferenciales en las representaciones acerca de los residentes paraguayos y coreanos.
 * Indagar en los contenidos estigmatizantes la configuración y los significados adquiridos por la antinomia normal-desviado.
 * Identificar la presencia o no de vínculos concretos (de vecindario, laborales, etc.), entre los nativos portadores de representaciones sociales discriminatorias y los extranjeros destinatarios de las mismas. En caso de la existencia de tales vínculos, describir los mismos y ubicarlos en el tiempo.
 * Identificar las representaciones sociales discriminatorias como una táctica de control social sobre paraguayos y coreanos con la que se espera obstaculizarlos en sus intentos de participación en el sistema productivo.

 Para dar cumplimiento a los objetivos se realizaron 68 entrevistas individuales semiestructuradas a población nativa residente en Capital y Gran Buenos Aires, de ambos sexos, entre 18 y 65 años de edad y económicamente activos. Entre los entrevistados, 10 de ellos eran desocupados, 6 ocupados precarios y el resto ocupados, tanto manuales como no manuales, de diferentes calificaciones, ramas de actividad, etc. 

Las entrevistas estuvieron a cargo de miembros del equipo de investigación, quienes las realizaron en lugares públicos (parques, plazas, etc.) eligiendo al azar a los entrevistados, pero respetando las condiciones muestrales que señalamos en el párrafo anterior (sexo, edad y condición ocupacional). De acuerdo a estos criterios y respetando la metodología de “saturación teórica de la muestra”, se configuró la siguiente muestra:

 * Nativos que mantengan o hayan mantenido algún tipo de vínculo con residentes de origen paraguayo o coreano. Ocupados: 22 entrevistados. Desocupados: 7 entrevistados.
 * Nativos que nunca mantuvieron vínculo alguno con residentes de origen paraguayo ni coreano. Ocupados: 30 entrevistados. Desocupados: 9 entrevistados.
 En los cuatro segmentos se entrevistó, aproximadamente, a mitad mujeres y mitad hombres. 
Se indagaron los contenidos representacionales de la población nativa respecto de los paraguayos y de los coreanos. Cuál es la visión que se tiene de ellos. Qué ideas y valores son los predominantes. Qué lugar ocupan, dentro de un continuo de normalidad-desviación, los hábitos, las costumbres y el lenguaje que se suponen son característicos de estas comunidades. La entrevista individual semi-estructurada, permitió aproximarse a la conversación ordinaria y rescatar a través del discurso los contenidos representacionales correspondientes. En otras palabras, este tipo de técnica cualitativa permitió reconstruir la visión del otro, en tanto significados que se le adjudican a sus prácticas discursivas y no discursivas.

 El carácter semi-estructurado y abierto de este tipo de entrevista, conlleva la necesidad de que los mismos investigadores sean los encargados de realizarlas. Se utilizó una guía de pautas como instrumento de registro orientador de la tarea, la cual fue ampliada o revisada a medida que se realizaron las entrevistas piloto. Se procedió a grabar el contenido de las mismas y realizar la posterior desgrabación.(...)

Otro objetivo que guió la tarea y mereció una propuesta metodológica complementaria a la ya mencionada, fue el siguiente: 
* Establecer simetrías y/o asimetrías discursivas entre las de representaciones sociales discriminatorias respecto de paraguayos y coreanos de la sociedad civil y las declaraciones públicas realizadas por representantes de diferentes grupos de poder, en relación a los extranjeros. 

A partir del análisis de entrevistas semi-estructuradas, las cuales contiene los discursos portadores de diferentes tipos de representaciones hacia los extranjeros este apuntó a rastrear a partir de dichas representaciones la posible vinculación entre el discurso oficial y el de la sociedad civil. El relevamiento discursivo en diarios permitió encontrar puentes vinculantes (retro-alimentación) con los discursos individuales surgidos de las entrevistas realizadas.
 El proceso de globalización de la producción y el consumo, en tanto generador de fragmentación social y acelerador del empobrecimiento de los sectores medios y populares, ha puesto en crisis las tradicionales estrategias de supervivencia, creando condiciones para el desarrollo de conflictos, no solo entre clases sociales sino al interior de éstas. A estas condiciones se agregó, en los últimos años en nuestro país, la presencia de un discurso oficial estigmatizador que aludía a la presencia de extranjeros indocumentados, como factor causante de la desocupación existente o de buena parte de ella y de la inseguridad social principalmente en el conurbano bonaerense. 

Esta preocupación surgió durante el desarrollo del proyecto y consideramos enriquecedor plantearla, de manera tal de poder caracterizar y periodizar la temática relativa a los inmigrantes recientes en la prensa gráfica, durante el lapso 1994-2000. Elegimos la prensa gráfica en tanto medio a través del cual se hace visible el discurso oficial, en otras palabras, el pensamiento de autoridades y funcionarios públicos respecto de los inmigrantes recientes. 
La fuente de información utilizada fue el diario Clarín, dado que se trató del medio gráfico que más espacio destinó a noticias vinculadas con los inmigrantes indocumentados y al debate provocado en torno a ellos. Se registraron todos los artículos, declaraciones, noticias, etc. del período 1994-2000 que aludieran a los extranjeros residentes en nuestro país. Se determinó 1994 como año de inicio debido a que fue en el que se instaló dicho discurso oficial, coincidente con las primeras manifestaciones de crisis del modelo económico iniciado en 1991 y basado en la convertibilidad de la moneda y las privatizaciones de bienes y servicios del estado nacional. 

Toda la información periodística seleccionada fue clasificada en un grillado especialmente diseñado que ordenó dicha información por año y emisor del discurso, a partir del cual se llevó a cabo el correspondiente análisis de contenido.

Conclusiones Generales 
Para la población nativa, los migrantes recientes –definidos como aquellos que llegaron durante el último cuarto de siglo- provenientes de países limítrofes, no vienen a trabajar ni a mejorar sus condiciones de vida con su propio esfuerzo. En paralelo a esta visión se constituye un discurso que define particularmente al paraguayo como un trabajador “barato”. Son humanos más baratos porque valen menos, en cierta medida, humanos de calidad inferior, o dicho en otros términos, “menos” humanos capaces de “hacer el «laburo» que los argentinos no quieren hacer” (porque no es trabajo digno de humanos) y, a igualdad de tareas, “trabajar por menos plata de lo que trabajan los argentinos”, pues al no haber equivalencia de humanidad, tampoco la puede haber remunerativa. Son los “otros”, son esos extranjeros de baja calificación laboral y adheridos a costumbres contrarias y desviadas de lo que se espera. Son los parásitos, son aquellos seres que viven a expensas de otro, que quitan y que no aportan. 

La mirada hacia los coreanos también conlleva atributos que los definen como diferentes-desviados, pero no se trata de una desviación que los inferioriza que los ubica como trabajadores baratos, de escaso valor, como el caso de los paraguayos, sino desviados por utilizar códigos, procedimientos, valores éticamente rechazables. Si bien hay un reconocimiento de lugar cercano, próximo, en el caso de la comunidad paraguaya, se adopta un distanciamiento basado en un tipo de discriminación en torno a la inferiorización y subestimación del otro. Respecto de la comunidad coreana se la ubica en el lugar de lo exótico, lejano, volviéndose la diferencia irreconciliable y profundizándose la discriminación ya sea que opere por rechazo o sobre-estimación. Si bien los atributos con los que se construyen las representaciones hacia coreanos y paraguayos son diferenciales, el lugar que desde los discursos analizados se le asignan a unos y otros es coincidente. Es un lugar que resulta de una nueva lógica que ha permitido diluir, opacar la confrontación entre desiguales, entre rivales o enemigos en la lucha por la distribución de la riqueza, y reemplazarla por la confrontación entre nativos y extranjeros, entre normales y desviados, entre nosotros y los otros. No es un otro cualquiera, no es solo diferente, es fundamentalmente desviado y en tanto tal portador de un estigma que lo diferencia. Si bien el conflicto está instalado, no es por la apropiación del poder ni por la riqueza distribuidos a partir de condiciones de desigualdad, sino por la apropiación de territorios de supervivencia entre los más vulnerables y según criterios de normalidad. 

Resulta significativo destacar, también, la presencia de un fenómeno que llamamos de retroalimentación entre el discurso de la sociedad civil y el discurso oficial. Este fenómeno genera condiciones para la politización de la xenofobia, a partir de la naturalización del proceso de retroalimentación discursiva. En otras palabras, el tomar como natural y dado el discurso discriminatorio en el discurso oficial así como en el de la sociedad civil, genera condiciones que permiten aceptar una forma de construcciones de relaciones con un “otro diferente” desde una perspectiva prejuiciosa y discriminatoria. Cuando esta naturalización a su vez es empleada como instrumento político, lindamos con el escabroso terreno de la politización de la xenofobia. 

Es de sumo interés para nosotros comprobar esta “coincidencia” estratégica entre el discurso oficial y el discurso popular. Ambos se retroalimentan encontrando en el extremo opuesto —y no en verificación alguna— su ratificación. La simetría discurso oficial– discurso popular se constituye en torno a dos ejes. El primero referido a la falta de contrastación con la realidad: el discurso oficial no toma en cuenta los datos que desde el mismo poder se producen, desconoce que el aproximadamente 15% de desocupación en Buenos Aires y GBA no puede ser producido por el 1,5% de migrantes de países limítrofes que forman parte de la PEA. El segundo eje de coincidencias se constituye en torno al trabajo y la seguridad. 

Otro resultado de interés ha sido encontrar que el pasado y el presente migratorio de la Argentina son percibidos con cargas valorativas muy diferenciadas: las migraciones tradicionales (migrantes externos llegados en los primeros 50 o 60 años del siglo XX) son portadoras de atributos positivos que las involucran con nuestro origen como nación, que las vinculan a nuestra propia identidad nacional; sin embargo, las migraciones recientes expresan lo que no debe ser, aquello que inferioriza o denigra a quien lo porta. La inmigración reciente proyecta en el imaginario colectivo actual, la idea de una vuelta a la barbarie, de una vuelta a algún período pasado y sombrío, en contraposición a la vivencia que provocan las primeras inmigraciones, asociadas a la idea de progreso y bienestar, en otras palabras, a la idea de civilización. 

Formando parte de los diferentes discursos se encuentra un variado conjunto de conceptos, que califican tanto a un tipo de migración como a la otra. La confrontación de ambos perfiles determinados representaciones sociales distantes y antagónicas, que advierten acerca de que la percepción de la extranjeridad no es uniforme. Coexiste un discurso generoso en reconocimiento al otro, gratificador de ese pasado rico en presencia de extranjeros con un discurso descalificador y crítico de la existencia de nuevos extranjeros. La noción de extranjeridad no puede ser entendida sino al interior de este espacio que resulta de la coexistencia, en términos de confrontación, de ambos discursos. El pasado tiene que ver con la memoria, con el relato, no se expresa dinámicamente con el ahora, sin embargo el presente es interacción, es vivencia, es lo cotidiano. 

(...)Todos los elementos hasta aquí señalados se conjugan, aun cuando contradictoriamente, para dar forma a una construcción estigmatizante del “otro”, haciéndolo responsable de los peores males que padecemos. Y como expresión patética de esta construcción, el mensaje dado desde el mismo poder termina institucionalizando, naturalizando, cada una de las representaciones sociales discriminatorias de la población nativa hacia los extranjeros. Así, las representaciones sociales discriminatorias están inscriptas en relaciones de poder que contribuyen a la producción y reproducción de un orden social de dominación, en donde el mismo discurso discriminatorio actúa legitimando y siendo el sustento portador de racionalidad para dichas prácticas de poder. 


La estrategia de investigación 

El término estrategia lo utilizaremos aquí según uno de sus significados, como destreza o habilidad para la resolución de alguna cuestión. Por lo tanto, entendemos la estrategia de investigación como la instancia por medio de la cual el investigador apela a sus recursos teóricos y metodológicos, entendidos como expresión de sus saberes y habilidades, y así traza el camino que recorrerá para dar respuesta a sus preguntas.

En la estrategia se condensan:
Respecto de quién se lo hará (las unidades de análisis y cómo se seleccionarlas)
¿Qué es lo que se ha de investigar? (variables, su construcción y mutua relación).
Cómo se obtendrá la información (las fuentes primarias o secundarias y su tratamiento cualitativo o cuantitativo).
Cómo se realizará el análisis de los datos producidos (los enfoques o modelos a utilizar y las técnicas cualitativas, cuantitativas o la combinación de ambas).


Unidad de análisis
Son los sujetos u objetos de estudio, son aquellos a quienes investigamos, pueden ser personas, cosas o productos de las personas. La pregunta para definir la unidad de análisis sería ¿quiénes forman parte de la realidad que investigo?
El conjunto o la sumatoria de las unidades de análisis que el investigador tiene en cuenta para su investigación compone el universo. 


Variables y categorías
Como vimos, las hipótesis planteadas por el investigador para estudiar el universo elegido, están compuestas por variables. Se entiende, en general, por variable a las características o propiedades cualitativas o cuantitativas que presentan las unidades de análisis. 

Por ejemplo, el color de pelo, el color de ojos, el sexo, la edad, la altura  o la opinión sobre un tema determinado pueden ser variables de un individuo (unidad de análisis).

Al valor que adopta cada una de las variables se lo denomina categorías.

Veamos un ejemplo: Un investigador contratado por un partido político debe realizar un estudio acerca de la opinión de las personas en condiciones de votar, que viven en la provincia de Buenos Aires, sobre la actuación del gobierno de esa provincia.

El universo que tiene en cuenta el investigador para llevar adelante su trabajo investigativo es el de todas las personas que viven en la provincia de Buenos Aires y están en condiciones de votar.

Las unidades de análisis sobre las cuales va a aplicar su instrumento de recolección de dato es cada uno de los individuos que componen ese universo. 

La variable fundamental para su estudio es la opinión de las personas, que integran su universo, sobre la actuación del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, y los valores (o categorías) que pueden asumir esta variable son: buena, regular, o mala.


Operacionalización de las variables

Dijimos anteriormente que las hipótesis eran el instrumento que utiliza el investigador para establecer un enlace entre la teoría de la cual parte la investigación y la indagación empírica que confirmará, reformulará o anulará los sistemas teóricos. Pero para ello, se requiere que el investigador trabaje con los datos extraídos directamente de la realidad social objeto de estudio. Por lo tanto, será necesario operacionalizar las hipótesis conceptuales con el fin de hacer descender el nivel de abstracción de las variables y poder manejar sus referentes empíricos. 

El proceso de operacionalización, es por lo tanto, el proceso por el cual se desglosan, a través de un proceso de deducción lógica, las variables en dimensiones (que se encuentran en un nivel de abstracción intermedio) y éstas a su vez en indicadores (que son la expresión más concreta y observable de la variable).

Para entender el esquema de operacionalización veamos un ejemplo. Una variable con importante nivel de abstracción es el nivel socioeconómico de las personas; una posible operacionalización sería:



Instrumentos de recolección de datos

Las técnicas y los instrumentos de recolección de datos son las herramientas mediante las cuales el investigador decide acercarse a la realidad social para recabar información.

Según la técnica y los instrumentos que utilice, su investigación adoptará un carácter cuantitativo o cualitativo. 

Los instrumentos utilizados por la la metodología cuantitativa ponen el énfasis en la cantidad de datos obtenidos. Los instrumentos utilizados por la metodología cualitativa, en cambio, priorizará la calidad de los datos. 


Métodos cuantitativos

Los métodos cuantitativos permiten mediciones más precisas, mientras que los métodos cualitativos posibilitan un examen más directo de las motivaciones, actitudes y comportamientos de los individuos. Actualmente ambas metodologías, al margen de los diferentes paradigmas y posiciones de las que parten, se consideran compatibles y complementarias en la investigación de los problemas sociológicos.

Los métodos cuantitativos defienden la aplicación de los objetivos, conceptos y métodos de las ciencias naturales a las ciencias sociales. La realidad es externa al individuo y se debe conocer, predecir y controlar a través de la observación y experimentación de los fenómenos. Los métodos cuantitativos responden pues a una realidad positivista, orientada hacia la generalización los resultados. 

La encuesta es una de las técnicas más utilizadas en las investigaciones cuantitativas. Se usa para obtener información de una muestra de individuos. Esta “muestra” suele ser sólo una fracción de la población bajo estudio. Las encuestas pueden efectuarse de muchas maneras, por teléfono, por correo o en persona.   

Por ejemplo, antes de una elección, una muestra de electores es interrogada para determinar cómo los candidatos son percibidos por el público. Otro ejemplo, un fabricante hace una encuesta al mercado potencial antes de introducir un nuevo producto. 


Métodos cualitativos

Se trata de una investigación que produce datos descriptivos, utiliza las propias palabras habladas o escritas de las personas (su propia interpretación), se realiza en escenarios naturales y vistos desde una perspectiva holística. Los sujetos investigados no son meras variables, sino que constituyen un todo: el investigador cualitativo estudia el contexto ecológico en el que evolucionan los sujetos así como su pasado. 

Como limitaciones de esta metodología, desde una perspectiva cuantitativa, se critica el carácter subjetivo de la misma y la posibilidad de que las observaciones e informes de los sujetos puedan estar sesgados o incompletos. Se señala que, al no ser la generalización un objetivo esencialmente relevante para esta metodología, se corre el riesgo de que el investigador observe y analice las diversas situaciones desde su propio marco referencial, lo que a su vez puede conducir a conclusiones incontrolables y subjetivas y no a una teoría científica.

Las técnicas de recolección de datos más utilizadas en las investigaciones cualitativas son la entrevista en profundidad y la observación. La primera consiste en reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, encuentros dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias, situaciones, etc. Por su parte, la observación consiste en utilizar los sentidos para observar  los hechos, realidades sociales y a las personas en su contexto cotidiano. Para que dicha observación tenga validez es necesario que sea intencionada e ilustrada (con un objetivo determinado y guiada por un cuerpo de acontecimientos).


Actividad 2
Ejercicio 1: Del siguiente cuadro identificá las variables, sus respectivas dimensiones y la unidad de análisis a las que hace referencia.



Ejercicio 2: A partir del siguiente artículo periodístico publicado en Página 12 (26/08/2006) “Dignifica pero no alimenta”, señalá:
1. ¿Cuál es la unidad de análisis en la que se concentra el artículo?
2. Elabora  una lista de las principales variables utilizadas para caracterizar a dicha unidad de análisis. Indicá sus respectivas dimensiones.

ECONOMIA › EL 22 POR CIENTO TIENE TRABAJO PERO ES POBRE
Dignifica pero no alimenta

Un estudio revela que más de tres millones de empleados no logran acceder a una canasta familiar de bienes y servicios con sus ingresos. Empleos parciales y mal pagos en diversos rubros.
Por Fernando Krakowiak

Desde mediados de los ’90, el incremento de la pobreza ha sido percibido como una consecuencia directa de la suba del desempleo. Sin embargo, a medida que el índice de desocupación comenzó a bajar quedó demostrado que poseer un empleo no es condición suficiente para salir de la pobreza. Un informe reciente elaborado por la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) detalla que en el segundo semestre del año pasado, más de 22 por ciento de los ocupados pertenecía a un hogar pobre, sin contar a los beneficiarios de los planes sociales. Son más de tres millones de empleados con ingresos que no les permiten acceder a una canasta básica de bienes y servicios. A continuación se detalla cuáles son las ocupaciones de los trabajadores pobres.

El ranking es liderado por los empleos donde la informalidad tiene una incidencia superior al 70 por ciento. En primer lugar se ubican los trabajadores domésticos, en su gran mayoría mujeres, quienes representan el 12 por ciento de los ocupados pobres. Luego siguen vendedores ambulantes (7,7), albañiles (5,8), operarios no especializados de la industria (4,6) y ayudantes de la construcción (4,3 por ciento).

Esto se produce porque, desde la devaluación, la recomposición de los ingresos de los trabajadores “en negro” ha sido mucho más lenta que la de sus pares del mercado formal. El Indice de Salarios elaborado por el Indec muestra que desde el período octubre-diciembre de 2001, el sector privado registrado incrementó su ingreso 107 por ciento, mientras que el no registrado sólo logró un 45 por ciento, situación que llevó a una ampliación de la brecha existente antes de la devaluación.

No obstante, el informe de SEL, consultora dirigida por el economista Ernesto Kritz, destaca que una proporción no despreciable de los asalariados pobres es formal e incluso con buen nivel de calificación. Tal es el caso, por ejemplo, de ciertos operarios especializados de la industria, los docentes y los enfermeros.

Los obreros calificados de la industria manufacturera aportan un 4,4 por ciento al total de ocupados pobres, casi el mismo porcentaje que los no calificados mencionados más arriba. Mientras que las ocupaciones vinculadas con la salud, la educación y otros servicios comunales y sociales representan un 5,9 por ciento de los ocupados pobres. Este rubro incluye no sólo a enfermeros y docentes (2,4), sino también a los empleados administrativos que suelen desempeñarse en escuelas y hospitales (2,3). Mientras que en servicios comunales y sociales, contempla a las personas que se dedican al mantenimiento de espacios públicos (1,2 por ciento).

En la mayoría de los casos, estos empleados son pobres porque trabajan menos de las 35 horas semanales que implica una jornada completa (entre los operarios registrados de la industria, por ejemplo, la mitad está en esta situación), pero por lo general lo que les impide llegar a adquirir la canasta básica de bienes y servicios son los bajos salarios. En este último caso, que puede incluir hasta un 20 por ciento de los trabajadores pobres, es probable que la elevación del salario mínimo y el aumento de los salarios básicos de convenio acordados en el primer trimestre de este año haya servido para mejorar su situación, pues el informe de SEL contempla la evolución de los ingresos hasta fines del año pasado. No obstante, el mantenimiento de niveles de pobreza superiores al promedio de la década del 90, en un contexto de menor desempleo, revela que estos instrumentos no están siendo suficientes para resolver el problema.


¿Cómo se organiza toda la investigación?

Mediante una representación gráfica se presenta el panorama metodológico completo que muestra la forma en que se organiza todo el proceso de investigación y los aspectos metodológicos esenciales que guían el trabajo del investigador. Es importante la claridad y precisión en esta cuestión porque da cuenta del posicionamiento del investigador y de su trabajo en el mapa metodológico de la investigación científica.





Usá el método científico. Probando varias veces, llegarás a la verdad. (Marco Tulio Cicerón)

sábado, 14 de octubre de 2017

Viernes 20 parcial


Evaluamos el viernes 20. Temas: * Anomia (Robert Merton) * Desviación (Howard Becker) * Crisis de representación * Nuevos movimientos sociales. Optativo: la nota sobre la quema de comisarías en 2002. Está todo en el blog.

ESTUDIEN.

Besis.

lunes, 9 de octubre de 2017

Crisis de Representación

Crisis de Representación


En 2001 Argentina atravesaba la crisis económica y política más importante de su historia. El quiebre del tejido social, la desesperanza y la crisis de representatividad política hicieron tambalear al sistema democrático y miles de personas salieron a las calles a manifestarse contra un sistema que arrojaba al pueblo a la miseria y la desocupación.

Crecía la imagen del presidente De la Rúa como incapaz,  inoperante y "gagá". La Alianza (una coalición electoral encabezada por el radicalismo) se había presentado como lo opuesto a la corrupción menemista en las elecciones presidenciales de 1999. Sin embargo, su imagen se deterioró después de la renuncia del vicepresidente "Chacho" Álvarez por un escándalo de coimas en el Senado. Lo que es peor, la política económica de De la Rúa era fundamentalmente una continuación de la de Menem, con lo que siguieron aumentando la desocupación, pobreza e indigencia.

El 25% de la población activa estaba desocupada o subocupada; la economía, en recesión desde 1998, había caído un 14% hasta el 2001; la pobreza superaba el 35%; el gobierno ya no conseguía financiamiento para hacer frente a los intereses de una enorme deuda externa (180 mil millones) que había crecido como bola de nieve desde la dictadura y se sucedían los negociados como el “Blindaje” (nos endeudamos por 40 mil millones para que nos sigan prestando plata) o el “Megacanje” (nos patean vencimientos de deudas pero nos endeudamos 55 mil millones más). La política de déficit cero fracasaba por la caída abrupta del consumo y el menor ingreso fiscal. La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, recortó 13% las jubilaciones y los salarios de estatales como medida de ajuste más recordada.
                     
La elección legislativa de 2001 se caracterizó por el llamado “voto bronca”, a través del cual una buena parte de la ciudadanía manifestó su enojo con la clase política, en general, y con el gobierno de De la Rúa en particular. Durante la campaña electoral, los medios de prensa y algunas organizaciones ciudadanas convocaron a la abstención, al voto en blanco o a la anulación del voto. Sumando los electores que se abstuvieron de votar y aquellos que votaron en blanco o anularon su voto, el 43% del electorado habilitado para votar manifestó su repudio no sólo al gobierno, sino al resto de las fuerzas políticas. Esta conducta electoral era una manifestación contundente de la crisis de representación y contribuyó, sin duda, a disminuir la legitimidad de las autoridades elegidas. La ciudadanía desconfiaba de los partidos políticos (peronismo y radicalismo eran vistos como corruptos y responsables de la situación económica) y de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, percibidos como igualmente pervertidos e incapaces.

"No me convence ningún tipo de política
Ni el demócrata ni el fascista
¿Por qué me tocó ser así?
Ni siquiera anarquista
-"El Revelde", La Renga

Después de la derrota electoral, la credibilidad del gobierno de De la Rúa prácticamente había desaparecido. La situación económica se deterioraba día a día. Durante la última semana de noviembre de 2001, más de mil millones de dólares fueron sacados de los bancos por los ahorristas. 

En esa situación, algunos bancos comunicaron al gobierno que no resistirían la corrida. El 1 de diciembre, De la Rúa y su entonces ministro de Economía y autor de la convertibilidad, Domingo Cavallo, anunciaron el “Corralito” que limitó las extracciones de dinero a $ 250 semanales para evitar la fuga de capitales y el colapso bancario.

Esta medida resultó ser mucho más impopular que una devaluación y causó una furia popular, expresada con cacerolazos masivos. La ciudadanía no sólo condenaba a la clase política y sus malas decisiones, sino que puso en jaque al propio Congreso y a la Corte Suprema de Justicia.

La protesta más fuerte fue la del 19 de diciembre, cuando De la Rúa, mediante un discurso, declaró el estado de sitio (la suspensión de las garantías constitucionales, como el derecho a reunión y manifestación), lo que aumentó el malestar. Apenas terminó la emisión del discurso, la gente salió de sus casas a golpear cacerolas. La gente comenzó a reunirse en las esquinas y espontáneamente comenzaron a caminar rumbo al centro. Un gran cacerolazo había comenzado. A la madrugada la Plaza de Mayo se había llenado de gente que coreaba una consigna: “¡Que se vayan todos!”

Otro importante elemento de desestabilización fue la ola de saqueos (robos masivos a supermercados, asaltos a camiones en la ruta, robos en comercios) de diciembre de 2001, frecuentemente atribuidos -por lo menos en parte- a las patotas del PJ bonaerense de Duhalde.

El día 20 se desarrollaban marchas en la Capital y las fuerzas policiales reprimían duramente a los manifestantes, causando 39 muertes en esos dos días. Mientras esto sucedía el gobierno decidió la renuncia del ministro Cavallo. Al atardecer de aquel día, el Presidente se dirigió otra vez a la sociedad a través de la cadena nacional para dar a conocer su renuncia. Pocos minutos después, la televisión transmitía la huida de De la Rúa desde la terraza de la casa de gobierno a bordo de un helicóptero.

Hundidos en la crisis, más de la mitad de los argentinos cayeron en la pobreza y el desempleo alcanzó al 24% de la población. Esto desató motines urbanos, sobre todo en Buenos Aires, pero también en Córdoba y en Rosario.

Luego de la renuncia de De la Rúa, y después del paso de Puerta, Rodríguez Saa y Caamaño por la presidencia, fue Eduardo Duhalde quien se hizo cargo del gobierno. Desde enero de 2002 la economía comenzó a reactivarse gracias a la devaluación (se derogó la ley de convertibilidad en enero de 2002), que abarató la producción e hizo subir los precios de las materias primas.

Pero la represión, seguida de muerte, encargada por el Ejecutivo contra manifestantes –con los asesinatos de Kosteki y Santillán- en el puente Pueyrredón, protagonizó la llamada Masacre de Avellaneda, que obligó a Duhalde a llamar a elecciones precipitadamente. En mayo de 2003 Néstor Kirchner llegaba a la presidencia.


domingo, 8 de octubre de 2017

Movimientos sociales: piqueteros, empresas recuperadas y asambleas barriales

Movimientos sociales: piqueteros, empresas recuperadas y asambleas barriales


Los nuevos movimientos sociales en la Argentina reflejaron los esfuerzos de reconstrucción de los lazos sociales a través de nuevas formas de organización, sobre todo en la primera mitad de la década de 2000. 

Los movimientos aquí estudiados se asocian a la llamada "economía social", un espacio público donde el trabajo no se intercambia sólo por remuneraciones monetarias.

La pobreza y el desempleo constituyeron en la época de la crisis el núcleo de deslegitimación del sistema económico, lo que el normal funcionamiento de la economía de mercado no pudo resolver. Como contrapartida, los movimientos sociales obtuvieron buena parte de su legitimidad mostrando, de cara a la sociedad, soluciones originales para la pobreza y el desempleo por fuera del sistema económico institucionalizado.

La respuesta estatal fue desplazar el problema del empleo al ámbito de la política social, mediante la implementación de subsidios masivos a jefes y jefas de hogar desocupados.

Tres movimientos sociales que representaron diferentes respuestas frente al fracaso del sistema político y el desmoronamiento económico de 2001 son los piqueteros, los trabajadores de empresas recuperadas y las asambleas barriales.

1. Los piquetes
Los movimientos de desocupados estaban conformados por varias decenas de grupos que respondían a orientaciones políticas diferentes: algunas se vinculaban con partidos políticos o centrales sindicales; otros privilegiaban su autonomía con respecto a los mismos; otros seguían a líderes populistas. De este modo, una misma denominación, piqueteros, recubre orientaciones muy distintas, más allá de su enorme impacto político y sobre todo mediático.

En esta presencia incidieron, sin duda, sus dimensiones. Según estimaciones de los propios grupos piqueteros, su capacidad de movilización agregada -la de todas las organizaciones que agrupaban a los desocupados- llegó a más de 100.000 personas en todo el país. Sin embargo, esta cifra empalidece frente a los varios millones de desocupados y subocupados, por lo que más que su dimensión, fue la acción misma de los piquetes la que explicó su visibilidad: los cortes de ruta alcanzaron un fuerte efecto político, multiplicado a través de los medios de comunicación.

Aunque algunos grupos piqueteros se limitaban sólo a sostener estos reclamos, otros destinaron los recursos hacia actividades diversas, desarrollando durante varios años acciones de alcance más vasto en las comunidades en las que estaban implantados territorialmente: merenderos y comedores, centros educativos y, sobre todo, emprendimientos productivos en los que volcaban los subsidios y alimentos obtenidos a través de las movilizaciones, como el desarrollo de huertas comunitarias, la venta directa de la producción a través de redes de comercialización alternativas, la elaboración y manufactura artesanal e industrial de productos frutihortícolas, panaderías, tejidos y confecciones artesanales e industriales, entre otras. De este modo, los cortes de ruta constituyeron sólo la punta (mediática) del iceberg de una construcción social mucho más compleja.

La organización de estas actividades económicas adquirió formas autogestionarias y cooperativas. Algunos planteaban enfoques distributivos radicales y rechazaban la generación de ganancia, o bien distribuían estas gananacias entre los productores y sus familias. Aunque esto pueda ser discutible en términos filosóficos, tuvo efectos prácticos considerables sobre la movilización permanente de los piqueteros: si los proyectos productivos autogestionados no generaban condiciones de sustentabilidad económica en el mediano y largo plazo, se reproducían las condiciones para seguir reclamando subsidios y recursos al Estado.

Otros grupos de desocupados, por el contrario, se enfocaban en el desarrollo de proyectos autogestionados sustentables en el tiempo. Un ejemplo fue un grupo piquetero del sur del Gran Buenos Aires que nucleaba una amplia red conformada con familias de desocupados, incluyendo migrantes indígenas provenientes del norte de la provincia de Santa Fe. Centrados en la producción frutihortícola en la zona de quintas que proveen buena parte del consumo de alimentos frescos a la ciudad de Buenos Aires, estos trabajadores buscan desarrollar emprendimientos sustentables, donde la generación de ganancia asegura el mantenimiento y expansión económica de su producción, de modo de alcanzar la independencia de los subsidios oficiales. En relación con este objetivo, la participación en piquetes es un medio de obtención de recursos para los emprendimientos autogestionados, y no un fin en sí mismo.

Aunque entre los distintos grupos piqueteros este debate es incipiente, se constata que todos ellos, incluso los vinculados con partidos políticos, se vuelcan progresivamente al desarrollo de emprendimientos productivos.

2. Los trabajadores de empresas recuperadas
Hacia mediados de los años noventa comenzaron a registrarse movimientos de trabajadores que intentaban reactivar empresas paralizadas, las que presentaban rasgos comunes: habían sido afectadas por la importación (frigoríficos, textiles, tractores, acoplados, metalúrgicas, plásticos, etcétera) y se encontraban en proceso de quiebra, convocatoria de acreedores o abandonadas por los empresarios. Los trabajadores eran acreedores o damnificados, ya que en general la crisis de cada empresa fue precedida por la ruptura de los contratos de trabajo, traducida en disminuciones de sueldos y salarios, pago en vales, etc. La recuperación de las empresas supuso la transición hacia un nuevo régimen jurídico en el que los trabajadores tomaron a su cargo la producción, estableciendo acuerdos con proveedores y/o clientes que les aseguraron un cierto capital de trabajo, y fijaron una retribución mínima para su trabajo.

En la mayoría de las empresas recuperadas se constata en el principio una deserción empresaria, que puede ser parcial o total. Si es parcial, es posible que los anteriores propietarios se mantengan como asociados en la nueva forma jurídica que adopte la empresa. Estas formas son variadas, aunque entre ellas prevalecen las cooperativas, pero también figuras más tradicionales como la participación accionaria en sociedades anónimas. En cualquiera de estas formas los trabajadores deben tomar a su cargo la gestión, por lo que deben redefinir su rol dependiente y subordinado en el contrato y la organización del trabajo.

En la crisis económica de 2001, la recuperación de empresas fue percibida como una respuesta adecuada para sostener los esfuerzos productivos de la sociedad.

Los trabajadores que recuperaron empresas replantearon la jerarquía relativa del derecho al trabajo y de la propiedad privada. Frente a los valores de la sociedad mercantil que privilegian el derecho de propiedad, los trabajadores erigen como central el derecho al trabajo. Anteponen la necesidad de preservar las fuentes de trabajo frente a las rutinas de quiebra y liquidación de bienes productivos que prevalecen en el derecho mercantil.

Unas pocas empresas -alrededor de 150- dispersas en el territorio, diversas por sus actividades y por las tradiciones políticas de los diez mil trabajadores que agrupan, pusieron en cuestión el conjunto del sistema de relaciones laborales. Al asumir la autogestión en unas pocas empresas, los trabajadores cerraron el juego a una carta muy importante para los empresarios en la negociación colectiva: éstos ya no podían apelar al cierre del establecimiento como instrumento de presión sobre los trabajadores, quienes, ante la amenaza, podían contestar ahora con la posibilidad de ocupar y autogestionar las empresas en dificultades. De allí que no cabe medir la fuerza del movimiento de empresas recuperadas exclusivamente en términos de su dimensión -reducida- sino en términos de sus efectos culturales, políticos y sociales más amplios.

3. Las asambleas barriales
La respuesta más novedosa de quienes optaron por la voz y la protesta ante el colapso institucional de 2001 fue la de quienes organizaron espontáneamente las asambleas barriales en Buenos Aires, en varios partidos del conurbano y en ciudades del interior del país como La Plata, Mar del Plata, Rosario y Córdoba.

Las asambleas barriales expresaron las capacidades de autoorganización de la sociedad, de construir y regenerar lazos sociales, que no fueron reconocidas en la cúspide del sistema político, donde se las entendió como un factor de inestabilidad por su capacidad de controlarlas o canalizarlas en los aparatos políticos. Estas nuevas formas de apropiación del espacio público ciudadano, impulsadas por la utopía de realización de una democracia directa (la decisión directa de los ciudadanos sobre las medidas a tomar), cuestionaron las formas de representación de la democracia delegativa (la elección de representantes, como en el actual sistema político).

Las nuevas modalidades de protesta social propusieron otras formas de ocupación del espacio público y también de acceso a los servicios públicos. En las asambleas barriales las medidas de acción directa y de reclamo a los poderes públicos se combinaron y se establecieron en tensión con cuestiones y necesidades locales, como las vinculadas con la provisión de insumos para los hospitales, con compras comunitarias o con la creación de huertas orgánicas, pequeños emprendimientos y bolsas de trabajo para desocupados.

Las asambleas barriales fueron generando emprendimientos productivos autónomos y apuntaron a intervenir en el plano económico y social, a través del desarrollo de experiencias de una nueva economía, que buscó nuevas respuestas para resolver la crisis de los sistemas educativo, de salud, etcétera. Aportaron un factor importante para el desarrollo de la economía social y solidaria: la politización de la esfera de la reproducción social, del consumo y la distribución de bienes y servicios, factor presente también en las empresas recuperadas por sus trabajadores y en las actividades de los grupos piqueteros.

*Adaptado de: Palomino, Héctor: Los Movimientos Sociales (2004)