martes, 9 de julio de 2019

EL VIERNES PRESENTAN ESTO MENA, GOENAGA Y RODRÌGUEZ. Y DORA LO QUE DEBE. Bourdieu: título escolar y posición social

Bourdieu: título escolar y posición social

El desajuste entre las aspiraciones que el sistema de enseñanza produce y las oportunidades que realmente ofrece es un hecho que afecta al todos los miembros de una generación. Lo que está en juego no es ya un fracaso individual (como en la escuela), sino la propia lógica de la institución escolar. La descalificación estructural que afecta a esta generación forma la base de una desilusión colectiva.

Cada grupo se esfuerza por mantener o cambiar su posición en la estructura social. Cada clase trabaja para conquistar nuevas mejoras, es decir, para aventajar a las demás clases y deformar la estructura de las relaciones entre las clases. La competencia condena al individuo a reaccionar de forma personal ante las acciones de miles de otras personas.

Según Bourdieu, la búsqueda de capital escolar es una de las estrategias que permiten al empresariado industrial y comercial mantener la posición de sus herederos al permitirles apropiarse de una parte de los beneficios de las empresas bajo la forma de salarios, que son una forma disimulada y más segura que la renta.

Los que intentan escapar del descenso social pueden producir nuevas profesiones más ajustadas a sus pretensiones o acomodar sus a pretensiones aquellas profesiones a las que sus títulos les dan acceso. Los hijos de la burguesía amenazados de desclasamiento se dirigen prioritariamente a las antiguas profesiones y hacia los sectores donde se elaboran nuevas profesiones.

Las recientes transformaciones de la relación entre las diferentes clases sociales y el sistema de enseñanza son el resultado de una intensificación de la competencia por las titulaciones académicas. La clases acomodadas han tenido que intensificar la utilización que antes hacían del sistema de enseñanza. La entrada en la carrera por la titulación académica de las clases populares ha obligado a la clases altas a intensificar sus inversiones para mantener la ventaja relativa de su posición en la estructura de clases.


Esto significa que hay inflación académica y devaluación de títulos. Algo similar sucedió con los títulos de nobleza en la Inglaterra del siglo XVI: un proceso homotético en el que los competidores mantienen su posición en la carrera. El visconde se hacía conde, el conde se hacía marqués, el marqués se hacía duque, etc. Se ha llamado a esto "efecto fila": todos los competidores avanzan un casillero; el avance es ilusorio porque las posiciones relativas se mantienen. También el cargo al que se accede, por su masificación, ha perdido prestigio relativo, como la carrera de profesor o, en menor medida, médico o empleado público administrativo. El número de empleos que requieren de titulación ha aumentado también. 

La triste moraleja, para Bourdieu, es que los relegados ayudan a su propia relegación al sobreestimar las vías educativas, al sobrevalorar los títulos y atribuirles unas posibilidades que en la realidad son negadas. Durante los años '90s en Argentina, por ejemplo, muchos desocupados desesperaban al ver que sus cursos de inglés y/o computación no les permitían escapar del desempleo. En realidad, había una estructura económica que prescindía de ellos.