viernes, 9 de noviembre de 2018

EL VIERNES PRESENTAN Y RESUELVEN ESTO LOS 4 ESTUDIANTES ASIGNADOS. Metodología de las Ciencias Sociales. Actividad 2

EL VIERNES PRESENTAN Y RESUELVEN ESTO LOS 4 ESTUDIANTES ASIGNADOS. Metodología de las Ciencias Sociales. Actividad 2

Actividad 2
Ejercicio A: Del siguiente cuadro identificá las variables, sus respectivas dimensiones y la unidad de análisis a las que hace referencia.



Ejercicio B: A partir del siguiente artículo periodístico publicado en Página 12 (26/08/2006) “Dignifica pero no alimenta”, señalá:
1. ¿Cuál es la unidad de análisis en la que se concentra el artículo?
2. Elabora  una lista de las principales variables utilizadas para caracterizar a dicha unidad de análisis. Indicá sus respectivas dimensiones.

ECONOMIA › EL 22 POR CIENTO TIENE TRABAJO PERO ES POBRE
Dignifica pero no alimenta

Un estudio revela que más de tres millones de empleados no logran acceder a una canasta familiar de bienes y servicios con sus ingresos. Empleos parciales y mal pagos en diversos rubros.
Por Fernando Krakowiak

Desde mediados de los ’90, el incremento de la pobreza ha sido percibido como una consecuencia directa de la suba del desempleo. Sin embargo, a medida que el índice de desocupación comenzó a bajar quedó demostrado que poseer un empleo no es condición suficiente para salir de la pobreza. Un informe reciente elaborado por la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) detalla que en el segundo semestre del año pasado, más de 22 por ciento de los ocupados pertenecía a un hogar pobre, sin contar a los beneficiarios de los planes sociales. Son más de tres millones de empleados con ingresos que no les permiten acceder a una canasta básica de bienes y servicios. A continuación se detalla cuáles son las ocupaciones de los trabajadores pobres.

El ranking es liderado por los empleos donde la informalidad tiene una incidencia superior al 70 por ciento. En primer lugar se ubican los trabajadores domésticos, en su gran mayoría mujeres, quienes representan el 12 por ciento de los ocupados pobres. Luego siguen vendedores ambulantes (7,7), albañiles (5,8), operarios no especializados de la industria (4,6) y ayudantes de la construcción (4,3 por ciento).

Esto se produce porque, desde la devaluación, la recomposición de los ingresos de los trabajadores “en negro” ha sido mucho más lenta que la de sus pares del mercado formal. El Indice de Salarios elaborado por el Indec muestra que desde el período octubre-diciembre de 2001, el sector privado registrado incrementó su ingreso 107 por ciento, mientras que el no registrado sólo logró un 45 por ciento, situación que llevó a una ampliación de la brecha existente antes de la devaluación.

No obstante, el informe de SEL, consultora dirigida por el economista Ernesto Kritz, destaca que una proporción no despreciable de los asalariados pobres es formal e incluso con buen nivel de calificación. Tal es el caso, por ejemplo, de ciertos operarios especializados de la industria, los docentes y los enfermeros.

Los obreros calificados de la industria manufacturera aportan un 4,4 por ciento al total de ocupados pobres, casi el mismo porcentaje que los no calificados mencionados más arriba. Mientras que las ocupaciones vinculadas con la salud, la educación y otros servicios comunales y sociales representan un 5,9 por ciento de los ocupados pobres. Este rubro incluye no sólo a enfermeros y docentes (2,4), sino también a los empleados administrativos que suelen desempeñarse en escuelas y hospitales (2,3). Mientras que en servicios comunales y sociales, contempla a las personas que se dedican al mantenimiento de espacios públicos (1,2 por ciento).

En la mayoría de los casos, estos empleados son pobres porque trabajan menos de las 35 horas semanales que implica una jornada completa (entre los operarios registrados de la industria, por ejemplo, la mitad está en esta situación), pero por lo general lo que les impide llegar a adquirir la canasta básica de bienes y servicios son los bajos salarios. En este último caso, que puede incluir hasta un 20 por ciento de los trabajadores pobres, es probable que la elevación del salario mínimo y el aumento de los salarios básicos de convenio acordados en el primer trimestre de este año haya servido para mejorar su situación, pues el informe de SEL contempla la evolución de los ingresos hasta fines del año pasado. No obstante, el mantenimiento de niveles de pobreza superiores al promedio de la década del 90, en un contexto de menor desempleo, revela que estos instrumentos no están siendo suficientes para resolver el problema.


¿Cómo se organiza toda la investigación?

Mediante una representación gráfica se presenta el panorama metodológico completo que muestra la forma en que se organiza todo el proceso de investigación y los aspectos metodológicos esenciales que guían el trabajo del investigador. Es importante la claridad y precisión en esta cuestión porque da cuenta del posicionamiento del investigador y de su trabajo en el mapa metodológico de la investigación científica.





Usá el método científico. Probando varias veces, llegarás a la verdad. (Marco Tulio Cicerón)

lunes, 5 de noviembre de 2018

Metodología Actividad 1

Metodología Actividad 1


Actividad 1

Responder  las siguientes preguntas en base a la lectura de la introducción y las conclusiones de la  investigación: “Puertas adentro: la inmigración discriminada, ayer y hoy”, Néstor Cohen. Instituto Germani. Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2004.

1. ¿Cuál es el tema de que dio origen al proyecto de investigación?
2. Establecer los problemas de la investigación:
a. establecer los objetivos
b. ¿Cuáles son los interrogantes que dieron origen a la investigación?
3. ¿Cuáles son los principales conceptos utilizados por los autores en esta investigación?
4. ¿Cuáles son las hipótesis del trabajo?

Introducción 
Los artículos que dan forma a esta publicación cristalizan el análisis de algunas de las cuestiones tratadas por los autores en la investigación “Representaciones sociales discriminatorias hacia migrantes coreanos y paraguayos”, dirigida por Néstor Cohen y realizada en el marco de los proyectos trienales, programación científica 1998-2000, de la Universidad de Buenos Aires.

La investigación se orientó a partir de una hipótesis general que considera que las representaciones discriminatorias respecto de los extranjeros son encubridoras de la desigualdad social y económica o son funcionales a los conflictos de intereses al interior de las clases – es decir, están al servicio de las diferentes estrategias de supervivencia, principalmente en los sectores populares- o son instrumentales a los sectores del poder cuando el conflicto es entre clases. En otras palabras, estas representaciones pretenden desviar el conflicto desde el escenario de las desigualdades sociales y económicas, hacia el escenario de las diferencias nacionales y étnicas. Es por ello que se eligieron las migraciones coreana y paraguaya, dos comunidades con vínculos históricos y culturales con la población nativa muy diferentes, dos comunidades con una presencia cuantitativa y una participación en el sistema productivo cualitativamente distinta. Se intentó probar, entonces, que esto que llamamos desviación del conflicto es independiente de las características sociales, culturales y económicas de los migrantes externos.

(...) Se partió de las siguientes hipótesis generales:
 “Las representaciones sociales discriminatorias respecto de los extranjeros tienden a construirse y desarrollarse entre los nativos que ven reducida o suprimida su participación en el sistema productivo, con más frecuencia que entre aquellos que no perciben su participación en riesgo, independientemente de la magnitud de la comunidad de extranjeros presentes en el sistema y de la existencia o no de vínculos concretos entre unos y otros”.
 “Las representaciones sociales discriminatorias, portadoras de estigmas que señalan a los extranjeros como desviados de lo socialmente esperado, resultan de la necesidad de los nativos de ejercer el control social sobre aquellos para limitarlos en el ejercicio de su participación en el sistema productivo”. 

A partir de las hipótesis se plantearon los siguientes objetivos: 
* Identificar los contenidos estigmatizantes comunes y/o diferenciales en las representaciones acerca de los residentes paraguayos y coreanos.
 * Indagar en los contenidos estigmatizantes la configuración y los significados adquiridos por la antinomia normal-desviado.
 * Identificar la presencia o no de vínculos concretos (de vecindario, laborales, etc.), entre los nativos portadores de representaciones sociales discriminatorias y los extranjeros destinatarios de las mismas. En caso de la existencia de tales vínculos, describir los mismos y ubicarlos en el tiempo.
 * Identificar las representaciones sociales discriminatorias como una táctica de control social sobre paraguayos y coreanos con la que se espera obstaculizarlos en sus intentos de participación en el sistema productivo.

 Para dar cumplimiento a los objetivos se realizaron 68 entrevistas individuales semiestructuradas a población nativa residente en Capital y Gran Buenos Aires, de ambos sexos, entre 18 y 65 años de edad y económicamente activos. Entre los entrevistados, 10 de ellos eran desocupados, 6 ocupados precarios y el resto ocupados, tanto manuales como no manuales, de diferentes calificaciones, ramas de actividad, etc. 

Las entrevistas estuvieron a cargo de miembros del equipo de investigación, quienes las realizaron en lugares públicos (parques, plazas, etc.) eligiendo al azar a los entrevistados, pero respetando las condiciones muestrales que señalamos en el párrafo anterior (sexo, edad y condición ocupacional). De acuerdo a estos criterios y respetando la metodología de “saturación teórica de la muestra”, se configuró la siguiente muestra:

 * Nativos que mantengan o hayan mantenido algún tipo de vínculo con residentes de origen paraguayo o coreano. Ocupados: 22 entrevistados. Desocupados: 7 entrevistados.
 * Nativos que nunca mantuvieron vínculo alguno con residentes de origen paraguayo ni coreano. Ocupados: 30 entrevistados. Desocupados: 9 entrevistados.
 En los cuatro segmentos se entrevistó, aproximadamente, a mitad mujeres y mitad hombres. 
Se indagaron los contenidos representacionales de la población nativa respecto de los paraguayos y de los coreanos. Cuál es la visión que se tiene de ellos. Qué ideas y valores son los predominantes. Qué lugar ocupan, dentro de un continuo de normalidad-desviación, los hábitos, las costumbres y el lenguaje que se suponen son característicos de estas comunidades. La entrevista individual semi-estructurada, permitió aproximarse a la conversación ordinaria y rescatar a través del discurso los contenidos representacionales correspondientes. En otras palabras, este tipo de técnica cualitativa permitió reconstruir la visión del otro, en tanto significados que se le adjudican a sus prácticas discursivas y no discursivas.

 El carácter semi-estructurado y abierto de este tipo de entrevista, conlleva la necesidad de que los mismos investigadores sean los encargados de realizarlas. Se utilizó una guía de pautas como instrumento de registro orientador de la tarea, la cual fue ampliada o revisada a medida que se realizaron las entrevistas piloto. Se procedió a grabar el contenido de las mismas y realizar la posterior desgrabación.(...)

Otro objetivo que guió la tarea y mereció una propuesta metodológica complementaria a la ya mencionada, fue el siguiente: 
* Establecer simetrías y/o asimetrías discursivas entre las de representaciones sociales discriminatorias respecto de paraguayos y coreanos de la sociedad civil y las declaraciones públicas realizadas por representantes de diferentes grupos de poder, en relación a los extranjeros. 

A partir del análisis de entrevistas semi-estructuradas, las cuales contiene los discursos portadores de diferentes tipos de representaciones hacia los extranjeros este apuntó a rastrear a partir de dichas representaciones la posible vinculación entre el discurso oficial y el de la sociedad civil. El relevamiento discursivo en diarios permitió encontrar puentes vinculantes (retro-alimentación) con los discursos individuales surgidos de las entrevistas realizadas.
 El proceso de globalización de la producción y el consumo, en tanto generador de fragmentación social y acelerador del empobrecimiento de los sectores medios y populares, ha puesto en crisis las tradicionales estrategias de supervivencia, creando condiciones para el desarrollo de conflictos, no solo entre clases sociales sino al interior de éstas. A estas condiciones se agregó, en los últimos años en nuestro país, la presencia de un discurso oficial estigmatizador que aludía a la presencia de extranjeros indocumentados, como factor causante de la desocupación existente o de buena parte de ella y de la inseguridad social principalmente en el conurbano bonaerense. 

Esta preocupación surgió durante el desarrollo del proyecto y consideramos enriquecedor plantearla, de manera tal de poder caracterizar y periodizar la temática relativa a los inmigrantes recientes en la prensa gráfica, durante el lapso 1994-2000. Elegimos la prensa gráfica en tanto medio a través del cual se hace visible el discurso oficial, en otras palabras, el pensamiento de autoridades y funcionarios públicos respecto de los inmigrantes recientes. 
La fuente de información utilizada fue el diario Clarín, dado que se trató del medio gráfico que más espacio destinó a noticias vinculadas con los inmigrantes indocumentados y al debate provocado en torno a ellos. Se registraron todos los artículos, declaraciones, noticias, etc. del período 1994-2000 que aludieran a los extranjeros residentes en nuestro país. Se determinó 1994 como año de inicio debido a que fue en el que se instaló dicho discurso oficial, coincidente con las primeras manifestaciones de crisis del modelo económico iniciado en 1991 y basado en la convertibilidad de la moneda y las privatizaciones de bienes y servicios del estado nacional. 

Toda la información periodística seleccionada fue clasificada en un grillado especialmente diseñado que ordenó dicha información por año y emisor del discurso, a partir del cual se llevó a cabo el correspondiente análisis de contenido.

Conclusiones Generales 
Para la población nativa, los migrantes recientes –definidos como aquellos que llegaron durante el último cuarto de siglo- provenientes de países limítrofes, no vienen a trabajar ni a mejorar sus condiciones de vida con su propio esfuerzo. En paralelo a esta visión se constituye un discurso que define particularmente al paraguayo como un trabajador “barato”. Son humanos más baratos porque valen menos, en cierta medida, humanos de calidad inferior, o dicho en otros términos, “menos” humanos capaces de “hacer el «laburo» que los argentinos no quieren hacer” (porque no es trabajo digno de humanos) y, a igualdad de tareas, “trabajar por menos plata de lo que trabajan los argentinos”, pues al no haber equivalencia de humanidad, tampoco la puede haber remunerativa. Son los “otros”, son esos extranjeros de baja calificación laboral y adheridos a costumbres contrarias y desviadas de lo que se espera. Son los parásitos, son aquellos seres que viven a expensas de otro, que quitan y que no aportan. 

La mirada hacia los coreanos también conlleva atributos que los definen como diferentes-desviados, pero no se trata de una desviación que los inferioriza que los ubica como trabajadores baratos, de escaso valor, como el caso de los paraguayos, sino desviados por utilizar códigos, procedimientos, valores éticamente rechazables. Si bien hay un reconocimiento de lugar cercano, próximo, en el caso de la comunidad paraguaya, se adopta un distanciamiento basado en un tipo de discriminación en torno a la inferiorización y subestimación del otro. Respecto de la comunidad coreana se la ubica en el lugar de lo exótico, lejano, volviéndose la diferencia irreconciliable y profundizándose la discriminación ya sea que opere por rechazo o sobre-estimación. Si bien los atributos con los que se construyen las representaciones hacia coreanos y paraguayos son diferenciales, el lugar que desde los discursos analizados se le asignan a unos y otros es coincidente. Es un lugar que resulta de una nueva lógica que ha permitido diluir, opacar la confrontación entre desiguales, entre rivales o enemigos en la lucha por la distribución de la riqueza, y reemplazarla por la confrontación entre nativos y extranjeros, entre normales y desviados, entre nosotros y los otros. No es un otro cualquiera, no es solo diferente, es fundamentalmente desviado y en tanto tal portador de un estigma que lo diferencia. Si bien el conflicto está instalado, no es por la apropiación del poder ni por la riqueza distribuidos a partir de condiciones de desigualdad, sino por la apropiación de territorios de supervivencia entre los más vulnerables y según criterios de normalidad. 

Resulta significativo destacar, también, la presencia de un fenómeno que llamamos de retroalimentación entre el discurso de la sociedad civil y el discurso oficial. Este fenómeno genera condiciones para la politización de la xenofobia, a partir de la naturalización del proceso de retroalimentación discursiva. En otras palabras, el tomar como natural y dado el discurso discriminatorio en el discurso oficial así como en el de la sociedad civil, genera condiciones que permiten aceptar una forma de construcciones de relaciones con un “otro diferente” desde una perspectiva prejuiciosa y discriminatoria. Cuando esta naturalización a su vez es empleada como instrumento político, lindamos con el escabroso terreno de la politización de la xenofobia. 

Es de sumo interés para nosotros comprobar esta “coincidencia” estratégica entre el discurso oficial y el discurso popular. Ambos se retroalimentan encontrando en el extremo opuesto —y no en verificación alguna— su ratificación. La simetría discurso oficial– discurso popular se constituye en torno a dos ejes. El primero referido a la falta de contrastación con la realidad: el discurso oficial no toma en cuenta los datos que desde el mismo poder se producen, desconoce que el aproximadamente 15% de desocupación en Buenos Aires y GBA no puede ser producido por el 1,5% de migrantes de países limítrofes que forman parte de la PEA. El segundo eje de coincidencias se constituye en torno al trabajo y la seguridad. 

Otro resultado de interés ha sido encontrar que el pasado y el presente migratorio de la Argentina son percibidos con cargas valorativas muy diferenciadas: las migraciones tradicionales (migrantes externos llegados en los primeros 50 o 60 años del siglo XX) son portadoras de atributos positivos que las involucran con nuestro origen como nación, que las vinculan a nuestra propia identidad nacional; sin embargo, las migraciones recientes expresan lo que no debe ser, aquello que inferioriza o denigra a quien lo porta. La inmigración reciente proyecta en el imaginario colectivo actual, la idea de una vuelta a la barbarie, de una vuelta a algún período pasado y sombrío, en contraposición a la vivencia que provocan las primeras inmigraciones, asociadas a la idea de progreso y bienestar, en otras palabras, a la idea de civilización. 

Formando parte de los diferentes discursos se encuentra un variado conjunto de conceptos, que califican tanto a un tipo de migración como a la otra. La confrontación de ambos perfiles determinados representaciones sociales distantes y antagónicas, que advierten acerca de que la percepción de la extranjeridad no es uniforme. Coexiste un discurso generoso en reconocimiento al otro, gratificador de ese pasado rico en presencia de extranjeros con un discurso descalificador y crítico de la existencia de nuevos extranjeros. La noción de extranjeridad no puede ser entendida sino al interior de este espacio que resulta de la coexistencia, en términos de confrontación, de ambos discursos. El pasado tiene que ver con la memoria, con el relato, no se expresa dinámicamente con el ahora, sin embargo el presente es interacción, es vivencia, es lo cotidiano. 

(...)Todos los elementos hasta aquí señalados se conjugan, aun cuando contradictoriamente, para dar forma a una construcción estigmatizante del “otro”, haciéndolo responsable de los peores males que padecemos. Y como expresión patética de esta construcción, el mensaje dado desde el mismo poder termina institucionalizando, naturalizando, cada una de las representaciones sociales discriminatorias de la población nativa hacia los extranjeros. Así, las representaciones sociales discriminatorias están inscriptas en relaciones de poder que contribuyen a la producción y reproducción de un orden social de dominación, en donde el mismo discurso discriminatorio actúa legitimando y siendo el sustento portador de racionalidad para dichas prácticas de poder. 

viernes, 2 de noviembre de 2018

El Experimento de Stanford


El Experimento de Stanford



En 1971, el psicólogo Philip Zimbardo trató de demostrar que los guardias y los presos carcelarios tienden a caer en roles predefinidos, comportándose de la manera que ellos creen que deben hacerlo, en lugar de utilizar su propio juicio y valores morales.

Zimbardo estaba tratando de mostrar qué sucedía cuando un ser humano era despojado de su individualidad y dignidad y su vida era completamente controlada.

Quería mostrar la deshumanización y el desmoronamiento de los valores sociales y morales que podía sucederles a los guardias inmersos en esa situación.

Método
Para llevar a cabo el Experimento de la Cárcel de Stanford, Zimbardo construyó un centro penitenciario de mentira en el sótano de la Universidad de Stanford.

Se colocaron anuncios en los periódicos locales ofreciendo $15 por día para los participantes de este programa. De las 75 respuestas, se seleccionaron los 24 sujetos de sexo masculino considerados más mental y emocionalmente estables. Eran principalmente de clase media y caucásicos y fueron divididos al azar en dos grupos de 12 presos y 12 guardias.

El grupo seleccionado para ser los guardias fue equipado con uniformes que imitaban el estilo militar. También se le dio bastones de madera y gafas espejo, para evitar el contacto visual y hacer que los guardias parecieran menos humanos.

En una reunión de iniciación, Zimbardo, quien actuó como el alcaide de la cárcel durante el experimento, informó a los guardias que la única regla era que no estaba permitido el castigo físico. Aparte de eso, los guardias podían controlar la cárcel como quisieran y serían divididos en patrones y turnos normales de trabajo.

Por otro lado, los presos estaban vestidos con batas baratas y sin ropa interior. Se les debía hablar y responder con números de identificación solamente. También tenían una pequeña cadena alrededor de un tobillo para recordarles que eran reclusos de un centro penitenciario. Las condiciones eran duras: tenían solamente colchones básicos para dormir y alimentos sencillos para comer.

Se les ordenó a los prisioneros esperar en su casa hasta que "se los llamara" para el inicio del experimento. Sus casas fueron allanadas sin previo aviso y ellos fueron detenidos por el departamento de policía local, acusados de robo a mano armada.

La Policía de Palo Alto había aceptado ayudar con el experimento. Como si fueran verdaderos sospechosos, a los prisioneros se les leyeron sus derechos y se tomaron sus fotos de prontuario y huellas dactilares. Después de ser despojados, indagados y despiojados, fueron llevados a las celdas que serían sus casas durante las próximas dos semanas.

Zimbardo, actuando como alcaide, podría observar y tomar notas sobre lo que ocurriría en el transcurso del estudio.


Resultados
El Experimento de la Cárcel de Stanford se degeneró rápidamente y se evidenció muy pronto el lado oscuro e inhumano de la naturaleza humana.

Los prisioneros comenzaron a sufrir una amplia gama de humillaciones y castigos por parte de los guardias y muchos comenzaron a mostrar signos de sufrimiento mental y emocional.

En el segundo día del experimento, los presos organizaron una sublevación y disturbios en masa como protesta por las condiciones. Los guardias trabajaron horas extras e idearon una estrategia para romper y aplastar la revuelta, utilizando extintores de fuego.

Zimbardo no había dado ninguna directiva para esta acción. Los guardias formularon el plan por iniciativa propia.

El recuento de los prisioneros de la cárcel de Stanford se convirtió en una prueba de sufrimiento e humillación ritual de los prisioneros, en donde el ejercicio forzado y los castigos físicos eran cada vez más comunes. Se confiscaron los colchones de los presos y tuvieron que dormir en el piso frío y duro.

El baño se convirtió en un privilegio, en lugar de un derecho humano básico y el acceso al baño generalmente era negado. Con frecuencia, los internos tenían que limpiar los excusados con sus manos desnudas y eran desnudados y sometidos a la humillaciones sexuales, como un arma de intimidación.

El experimento mostró que un tercio de los guardias comenzaron a mostrar un rasgo arraigado y extremo de sadismo y hasta el mismo Zimbardo comenzó a involucrarse en el experimento. Dos de los detenidos tuvieron que ser retirados antes de tiempo porque mostraron signos reales de angustia emocional.

Curiosamente, ninguno de los prisioneros quiso abandonar el experimento antes de tiempo, aunque se les dijo que se les iba a negar el pago por su participación. Los prisioneros se institucionalizaron muy rápidamente y se adaptaron a sus funciones.

Ingresó un prisionero de reemplazo y se le indicó que iniciara una huelga de hambre como protesta por el maltrato de sus compañeros y como un intento de obtener la libertad anticipada. Sorprendentemente, sus compañeros reclusos lo vieron como un agitador en lugar de un compañero que trataba de ayudarlos.

Cuando se les informó a los internos que si el resto de los prisioneros entregaban sus mantas él sería liberado de su aislamiento, todos menos uno se negaron a entregar su manta.

El Experimento de la Cárcel de Stanford se llevó a cabo durante seis días hasta que una persona ajena al estudio, Christina Maslach, una estudiante de postgrado que luego se convertiría en la esposa de Zimbardo, fue traída para entrevistar a los guardias y prisioneros y quedó sorprendida por las escenas que estaba presenciando.

Zimbardo finalizó el experimento antes de tiempo y señaló que de los más de 50 visitantes externos, esta señorita fue la única que planteó inquietudes acerca de lo que estaba sucediendo.


Conclusiones
Zimbardo entendió que el experimento demostró cómo las personalidades individuales de las personas podían verse tapadas cuando se les daba puestos de autoridad.

Zimbardo reconoció que algunos guardias trataron de cambiar el sistema. Posteriormente, él investigó el tema de los "héroes", aquellos que no sucumben al sistema.

Los factores sociales e ideológicos también determinaron el comportamiento de ambos grupos, en donde los individuos actuaron de la manera que ellos pensaban que debían actuar, en lugar de utilizar su propio juicio.

El experimento pareció mostrar cómo reaccionaron los sujetos a las necesidades específicas de la situación en lugar de acudir a sus propios valores morales o creencias internas.

Los resultados del experimento han sido utilizados en muchos casos judiciales de alto perfil en los últimos años para tratar de demostrar que la cárcel debe tener instrucciones y pautas claras de las autoridades de más alto nivel. De lo contrario, se podría producir el abuso de los prisioneros.