jueves, 25 de mayo de 2017

Notas sobre el Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política



El Prólogo a la “Contribución a la Crítica de la Economía Política” (1857) es un texto introductorio a una obra que Marx publicaría dos años más tarde. En esta introducción el autor sintetiza su entendimiento materialista de la historia.

En la primera parte del Prólogo, Marx habla de las relaciones de producción. Se refiere a que la vida humana, se construye a través de las relaciones sociales: "... en la producción social de sus vidas los hombres establecen relaciones necesarias e independientes de su voluntad". El ser humano es un producto de la naturaleza y de la sociedad; se va haciendo en la medida que va ejerciendo una actividad productiva. La única esencia o naturaleza humana, es en realidad, el conjunto de las relaciones sociales.

Durante ese desarrollo, surgen de forma inevitable y necesaria unas relaciones de producción, que el ser humano no puede elegir. Estas relaciones sociales de producción son relaciones entre trabajadores y patrones, entre trabajadores y máquinas, entre trabajadores y productos manufacturados que son mercancías sujetas a la ley de la oferta y la demanda. Lo más importante para el pensamiento histórico es que las relaciones sociales de producción son relaciones entre clases.

El obrero, cuando realiza su trabajo, desarrolla sus fuerzas productivas materiales, para transformar las materias primas en productos manufacturados susceptibles de ser vendidos y comprados en el mercado. El trabajo constituye la esencia del hombre, es decir, la producción. El ser humano se diferencia de los animales, cuando empieza a producir sus medios de vida.

Fuerzas productivas: este concepto designa el trabajo real, que es lo que hace que pasemos del puro animal, al ser humano. Es el trabajo y su capacidad de transformación de la naturaleza, lo que eleva al ser humano sobre el resto de los seres naturales. Las Fuerzas de Producción incluyen la organización para el trabajo y el estado de la tecnología. Sobre estas fuerzas productivas se basan las relaciones de producción.

En la segunda parte del Prólogo a la Contribución a la Crítica dice que "el conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica". Según Marx la sociedad y la historia tienen dos partes: la estructura y la superestructura. La estructura es el conjunto de los medios, formas y fuerzas de producción de una sociedad. Es decir, la economía fundada en la relaciones de producción. Esta estructura para Marx es la base real, el fundamento de la sociedad y de la historia, ya que esa estructura determina la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. "El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general". Esta afirmación es una de las tesis más importantes del pensamiento de Marx y del materialismo: la manera o forma de producir determina las formas de pensamiento, y en general todo el proceso de la vida social. Con esto quiere decir que no se vive como se piensa, sino que se acaba pensando según se vive, es decir, según se produce. Las estructuras jurídicas y políticas y la conciencia social suelen ser a menudo, y especialmente en la sociedad burguesa capitalista, meras justificaciones o reflejos de una situación de opresión social.

Estructura económica o infraestructura: es la base real de la sociedad y del hombre en general. Está constituida por las fuerzas productivas y las relaciones de producción; cualquier organización social, jurídica o política está condicionada totalmente por ella, sustentando el resto del complejo entramado social. Es, en síntesis, la economía de una sociedad.

Superestructura: es un término mucho más complejo que el anterior. Designa tanto el conjunto de leyes de un estado, su organización política (poder legislativo, judicial y ejecutivo), como sus formas de pensamiento: moral, ciencia, filosofía, religión, arte, folklore, etc. Toda la jerarquía de valores y formas espirituales de una sociedad.

Modo de Producción: designa de un modo genérico e histórico el estado de desarrollo económico de una sociedad, las distintas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad. Marx en esta misma obra cita varios modos de producir: el MP antiguo (o esclavista), el MP feudal y el MP capitalista (o burgués, o moderno).

Finalmente llega a una conclusión: "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia". Esta es la expresión del humanismo materialista y práctico de Marx. Es la sociedad en la que vive, y especialmente el modo de producción, quien configura la mente humana, la forma de conocer la realidad que le rodea. Su forma de pensar, su mentalidad o cosmovisión está en función de la economía y de la sociedad. Toda la historia es en realidad la historia del proceso real de producción, es decir, de la economía.


Marx y la lucha de clases



Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Hay una clase de personas que produce la riqueza y otra que se apropia de ella. Una clase es oprimida y la otra es opresora. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.

A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal medieval el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro. Hoy, en la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción (capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario.

Los intereses de ambas clases son para Marx antagónicos e incompatibles y conducirán indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya desarrollándose el número de obreros se incrementará, lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución.

“La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna.

En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y además, en casi todas estas clases encontramos, a su vez, gradaciones especiales.

La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.

Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más en dos grandes bandos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.”
-Marx, en el Manifiesto Comunista (1848)


Lucha de Clases (extractos):
por Ramón Peralta

Marx fue subtitulado más que interpretado, y quizá por eso, aún hoy nos siga intentando decir, que la "Lucha de Clases" es otra cosa. La mas primitiva expresión de "capital" es la tierra, con todo lo que la rodea. El ser humano nació para demandar cosas, cuya naturaleza es escasa. Y el día que el hombre se dio cuenta que podía transformar esas cosas, nació el trabajo.

Marx siempre dijo lo mismo, sólo que su prolífica y enigmática filosofía despertó tantos interrogantes como "intereses". ¿Qué quiso decirnos Marx con la "lucha entre clases"? Obviamente dejaré por salvado el hecho de que todos saben a qué se refería cuando hablaba de burgueses, proletariado, etc. Que era, ni más ni menos, que la simplificación descriptiva de un problema que hasta ese momento se veía como disperso y sinuoso, y que en resumen se resolvió en "El Manifiesto Comunista", que luego fue ampliado y mejor delineado en el inconcluso libro "El Capital". ¿Qué se entiende por "lucha de clases"?

El burgués, poseedor de cosas (capital), lucha contra el proletario, poseedor de la transformación de las cosas (trabajo), y este a su vez, se defiende o contra-ataca contra el primero. Ambos defienden y atacan, pero siempre se lucha por lo mismo, la posesión de cosas (capital). Cuando Marx concibió la "plusvalía", en realidad nos estaba diciendo dos cosas importantes: primero que tanto las cosas, como el trabajo eran capitales en disputa. Y no puede haber un burgués sin alguien que trabaje para él. Sin embrago, Marx tenía sus dudas sobre si a la inversa se verificaba esa hipótesis. ¿Puede el proletario prescindir del burgués?. Y aquí es donde radica el meollo del asunto.

La "lucha de clases" siempre se trató de pujas por la posesión de cosas, y mas precisamente fue y es, una lucha por "espacios". No se trata de la lucha entre lo público y lo privado, o por defecto, la lucha entre la propiedad privada y estatal. No es la lucha del estado contra los individuos o particulares. La lucha de clases, es la lucha por espacios. Es luchar por los espacios donde está el capital que cada uno necesita, y por ende persigue. Los trabajadores y obreros, luchan por detectar y poseer espacios, donde esté el capital donde poder trabajar (transformación) para hacerse de su propio capital (cosas). Y los burgueses buscan detectar y poseer espacios donde esté el capital laboral o humano (trabajador, obrero, profesional, etc.), para poder preservar e incrementar sus posesiones en cosas pre-existentes (capital).

Muchos "genios" del socialismo contemporáneo hablaron de "revolución". Para ellos la revolución, significa accionar para revolver algo cuasi místico, en poco tiempo. Vale decir: que entendieron que la lucha histórica del hombre por ocupar espacios de capital, por ende de poder, se podían solucionar con algunos fusiles y muchos muertos. Pero no solucionaron nada, pues solo lograron que el capital de los burgueses pase a otras manos, pero no del pueblo. Se les ocurrió que el pueblo no podía administrarse por sí mismo, para lo cual lo pusieron bajo la tutela de una vanguardia caudillista y dictatorial. El resultante fue un Estado Plenipotenciario que se terminó transformando en una nueva expresión de plutocracia verticalista y burocrática. Esto no es lo que quería Marx, os lo aseguro.


domingo, 21 de mayo de 2017

Karl Marx y las clases



Karl Marx, desde su visión del materialismo histórico, ha definido a las clases en términos estrictamente económicos, y para ser aún más específicos, las definió en términos de propietarios y no propietarios de los medios de producción.

Hay determinados sujetos que son dueños de los medios de los cuales se producen todo aquello necesario para poder vivir. El carácter de propiedad privada le da la pertenencia sobre esos medios, bienes o mercancías. Son los dueños de lo que se produce. En términos del materialismo histórico van a constituir: la clase dominante.

El sistema de clases se va a constituir a lo que es la propiedad de los medios de producción. Los propietarios de los medios de producción constituyen la clase dominante. Y los que no tienen ninguna propiedad más que su fuerza de trabajo, van a ser: la clase dominada.

Hoy las clases sociales dentro del esquema marxista son: los burgueses capitalistas, y los trabajadores industriales. Dichas clases se originan, o mejor dicho aparecen en el capitalismo industrial, puesto que dicho modo de producción tiene como fundamento el que los individuos sean propietarios libres. No obstante, dichos propietarios no poseen lo mismo sino que poseen lo que el otro necesita. El capitalista es el poseedor de los medios de producción, y el trabajador es el poseedor de su fuerza de trabajo. En ese intercambio entre ambos agentes es que toma lugar la explotación capitalista, es decir, la explotación del trabajo vivo por medio del trabajo muerto.

Dicho intercambio es lo que genera la desigualdad entre ambas clases sociales, puesto que el capitalista al ser propietario de los instrumentos de producción tiene como meta la acumulación de capital para reinvertirlo y acumular infinitamente más capital. Es decir, el burgués capitalista por medio del ciclo en que se compra con dinero D una mercancía M para así venderla por más dinero D’ (D-M-D’), el dinero que le queda de excedente o plusvalía lo invierte para el acrecentamiento del capital fijo (tecnología) en desmedro del capital variable (fuerza de trabajo).

La clase burguesa o capitalista, entonces, no sólo sería la propietaria de los medios de producción, sino que también —en consecuencia de lo anterior— podría establecerse que es aquella que tiene tal capacidad de acumular capital (dinero y tecnología) que puede adquirir mucha mayor cantidad de valores que la clase trabajadora. La clase obrera entonces, no solamente es la no-propietaria de los medios de producción y propietaria de su fuerza de trabajo, sino que por consiguiente y al participar en la producción como mero asalariado, sólo puede conseguir una limitada porción de los valores de uso puesto que esa clase no acumula capital, y si acumula es solamente ahorro de capital-dinero pero una cantidad muy inferior en comparación a lo que acumula el burgués capitalista.

Cada modo de producción a lo largo de la historia de la humanidad, cada forma de sociedad, cada manera en que los hombres producen su vida, van a tener estas dos clases centrales que representan la idea de propietarios y no propietarios. Las clases dinamizan, movilizan el orden social. Se parte desde un punto de vista económico (la propiedad privada de los medios de producción) pero la clase que domina en términos económicos también tiene que dominar en términos políticos, porque tiene que hacer que el dominado acepte esa dominación, que dé consenso al dominante.

Esto se logra si la clase dominante logra hacer que sus intereses sean aceptados como los intereses del conjunto, de todos.

La clase dominante para legitimar su dominación: hace que el dominado acepte la dominación del otro. ¿Cómo? Aceptando que las ideas del dominante son las ideas de todos, del común, son las ideas propias. Para la teoría materialista: un obrero, un desocupado y un gerente de una empresa, los tres pertenecen a la clase dominada, los tres son explotados, los tres adoptan ideas de otros como propias.