El Prólogo a la “Contribución a la Crítica de la Economía Política” (1857) es un texto introductorio a una obra que Marx publicaría dos años más tarde. En esta introducción el autor sintetiza su entendimiento materialista de la historia.
En la primera parte del Prólogo, Marx habla de las
relaciones de producción. Se refiere a que la vida humana, se construye a
través de las relaciones sociales: "...
en la producción social de sus vidas los hombres establecen relaciones
necesarias e independientes de su voluntad". El ser humano es un
producto de la naturaleza y de la sociedad; se va haciendo en la medida que va
ejerciendo una actividad productiva. La única esencia o naturaleza humana, es
en realidad, el conjunto de las relaciones sociales.
Durante ese desarrollo, surgen de forma inevitable y
necesaria unas relaciones de producción, que el ser humano no puede elegir. Estas
relaciones sociales de producción son
relaciones entre trabajadores y patrones, entre trabajadores y máquinas, entre
trabajadores y productos manufacturados que son mercancías sujetas a la ley de
la oferta y la demanda. Lo más importante para el pensamiento histórico es que
las relaciones sociales de producción son relaciones entre clases.
El obrero, cuando realiza su trabajo, desarrolla sus fuerzas productivas materiales, para transformar las
materias primas en productos manufacturados susceptibles de ser vendidos y
comprados en el mercado. El trabajo constituye la esencia del hombre, es decir,
la producción. El ser humano se diferencia de los animales, cuando empieza a
producir sus medios de vida.
Fuerzas productivas: este concepto designa el
trabajo real, que es lo que hace que pasemos del puro animal, al ser humano. Es
el trabajo y su capacidad de transformación de la naturaleza, lo que eleva al
ser humano sobre el resto de los seres naturales. Las Fuerzas de Producción
incluyen la organización para el trabajo y el estado de la tecnología. Sobre
estas fuerzas productivas se basan las relaciones de producción.
En la
segunda parte del Prólogo a la Contribución a la Crítica dice que "el conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura
económica". Según Marx la sociedad y la historia tienen dos partes:
la estructura
y la superestructura. La estructura es el conjunto
de los medios, formas y fuerzas de producción de una sociedad. Es decir, la
economía fundada en la relaciones de producción. Esta estructura para Marx es
la base real, el fundamento de la sociedad y de la historia, ya que esa estructura
determina la superestructura jurídica y política y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social. "El modo de
producción de la vida material condiciona el proceso
de la vida social, política y espiritual en general". Esta
afirmación es una de las tesis más importantes del pensamiento de Marx y del
materialismo: la manera o forma de producir determina las formas de
pensamiento, y en general todo el proceso de la vida social. Con esto quiere
decir que no se vive como se piensa, sino que se acaba pensando según se vive,
es decir, según se produce. Las estructuras jurídicas y políticas y la
conciencia social suelen ser a menudo, y especialmente en la sociedad burguesa
capitalista, meras justificaciones o reflejos de una situación de opresión
social.
Estructura
económica o infraestructura: es la base real
de la sociedad y del hombre en general. Está constituida por las fuerzas
productivas y las relaciones de producción; cualquier organización social,
jurídica o política está condicionada totalmente por ella, sustentando el resto
del complejo entramado social. Es, en síntesis, la economía de una sociedad.
Superestructura: es un término mucho más complejo que el anterior. Designa
tanto el conjunto de leyes de un estado, su organización política (poder
legislativo, judicial y ejecutivo), como sus formas de pensamiento: moral,
ciencia, filosofía, religión, arte, folklore, etc. Toda la jerarquía de valores
y formas espirituales de una sociedad.
Modo de Producción: designa de un modo genérico e histórico
el estado de desarrollo económico de una sociedad, las distintas épocas de
progreso en la formación económica de la sociedad. Marx en esta misma obra cita
varios modos de producir: el MP antiguo (o esclavista), el MP feudal y el MP
capitalista (o burgués, o moderno).
Finalmente
llega a una conclusión: "No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por
el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia". Esta
es la expresión del humanismo materialista y práctico de Marx. Es la sociedad
en la que vive, y especialmente el modo de producción, quien configura la mente
humana, la forma de conocer la realidad que le rodea. Su forma de pensar, su
mentalidad o cosmovisión está en función de la economía y de la sociedad. Toda
la historia es en realidad la historia del proceso
real de producción, es decir, de la economía.